La prohibición de los cajeros automáticos de criptomonedas y la introducción de un límite en las transferencias internacionales de dinero representan la nueva estrategia de Nueva Zelanda para combatir el lavado de dinero y el crimen financiero. El Gobierno ha anunciado estas medidas decisivas en una reforma integral del régimen de anti-lavado de dinero (AML), con el objetivo de hacer que el sistema financiero sea más resistente a los abusos ilícitos.
Nueva Zelanda y el cambio en contra de los cajeros automáticos de criptomonedas
El corazón de las nuevas reglas gira en torno a la prohibición oficial de los cajeros automáticos de criptomonedas. Estos cajeros automáticos, utilizados para comprar o vender activos financieros como bitcoin de forma anónima, ahora están definitivamente bajo escrutinio. Según las autoridades, dichos dispositivos representaban un canal privilegiado para el lavado de dinero de fondos ilegales, ofreciendo a los criminales la oportunidad de convertir ganancias ilícitas en cripto sin controles adecuados.
La Ministra de Justicia Asociada, Nicole McKee, esbozó el miércoles las razones detrás de la nueva ley, enfatizando cómo esta respuesta también fue moldeada por la opinión de expertos de la industria. Según el Gobierno, es evidente que “los quioscos de criptomonedas atraen principalmente a una clientela que busca anonimato o que pretende convertir fondos de origen sospechoso.” En consecuencia, su presencia se considera más un riesgo que una oportunidad para el ecosistema financiero local.
Límite en transferencias internacionales: 5,000 dólares el umbral
Otra medida central del paquete es la imposición de un límite máximo de 5,000 dólares en las transferencias internacionales a través de efectivo. El principal objetivo de este límite es dificultar que las organizaciones criminales muevan grandes cantidades de efectivo al extranjero de manera encubierta. Sin embargo, se permiten transferencias mayores, siempre que se realicen a través de canales de banca electrónica, que garantizan una mayor trazabilidad.
Esta distinción permite a las actividades económicas regulares y a los individuos llevar a cabo operaciones financieras transfronterizas sin restricciones excesivas, pero siempre en cumplimiento de estrictos estándares de transparencia y control.
Expansión de los poderes de vigilancia y aplicación de la ley
La reforma también incluye una expansión significativa de los poderes de aplicación de la ley para la policía y las autoridades regulatorias. Se planea el fortalecimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera, que tendrá acceso a datos financieros más amplios y detallados relacionados con sujetos sospechosos de actividades ilícitas.
Estas nuevas prerrogativas, según McKee, están diseñadas específicamente para “apuntar a los criminales sin obstaculizar las actividades de las empresas legítimas.” En la misma perspectiva, el Gobierno ha anunciado el lanzamiento de una consulta para evaluar la posibilidad de introducir una contribución económica, o ‘gravamen’, para financiar de manera sostenible el sistema de vigilancia financiera contra el crimen.
El papel de la Unidad de Inteligencia Financiera
La Unidad de Inteligencia Financiera disfrutará de nuevas prerrogativas en la adquisición y análisis de datos relacionados con movimientos sospechosos o de alto riesgo. Gracias a esto, será posible un monitoreo más proactivo y oportuno, elementos esenciales para anticipar estrategias cada vez más sofisticadas por parte de grupos criminales y redes dedicadas al lavado de dinero.
El apoyo de expertos de la industria
La industria cripto en Nueva Zelanda ha recibido los cambios de manera constructiva. Varios líderes del sector reconocen que, aunque algunas medidas pueden reducir la libertad operativa de ciertos usuarios, se consideran cruciales para preservar la reputación del mercado y desalentar abusos. La presencia de cajeros automáticos de criptomonedas en sí misma, como se destacó en declaraciones públicas, constituía efectivamente un incentivo para el anonimato y la transferencia de fondos no rastreados.
El objetivo declarado sigue siendo no "cargar a las empresas legítimas con una burocracia innecesaria", como reiteró McKee, mientras que al mismo tiempo se endurece progresivamente la red para aquellos que intentan mover dinero de origen dudoso.
Transformando Nueva Zelanda en un modelo internacional
El Gobierno tiene como objetivo convertir a Nueva Zelanda en "uno de los países más fáciles del mundo para los negocios legítimos" y, al mismo tiempo, "uno de los más difíciles para que los criminales se oculten". Esta estrategia dual se basa en un equilibrio dinámico: recompensar la buena fe y la transparencia, pero alinearse con los estándares internacionales más estrictos en términos de cumplimiento financiero.
Además, las nuevas reglas podrían servir como un punto de referencia y buena práctica para otros mercados también. La elección de favorecer las transferencias institucionales a través de sistemas electrónicos rastreables fortalece, de hecho, el mensaje global de tolerancia cero hacia aquellos que explotan las criptomonedas para ocultar los orígenes del capital.
Desarrollos futuros: consultas e iniciativas nuevas
Las autoridades ya han planeado una serie de consultas públicas para definir en detalle el mecanismo del gravamen de financiación y recopilar sugerencias del tejido empresarial y los organismos de vigilancia. El objetivo es una regulación participativa que considere las necesidades de seguridad pero también la vitalidad económica del país.
El proyecto de ley se presentará en breve al Parlamento y representa un punto de inflexión en las relaciones entre la innovación tecnológica y la integridad del sistema financiero. Por un lado, el régimen se vuelve más estricto en el control del bitcoin y instrumentos similares, mientras que, por otro lado, la intención de mantener el contexto de Nueva Zelanda atractivo para una iniciativa privada saludable sigue siendo clara.
Un nuevo estándar para la seguridad financiera
Nueva Zelanda demuestra su deseo de estar a la vanguardia en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento ilícito al adoptar medidas concretas sobre criptomonedas y el movimiento internacional de efectivo.
Esta reforma, según los observadores y operadores involucrados, no solo marcará el marco operativo interno, sino que podría inspirar a muchas otras jurisdicciones a fortalecer sus salvaguardias. El contexto creado fomentará una mayor confianza en los instrumentos financieros innovadores, dejando menos espacio para la ilegalidad y contribuyendo a definir un modelo de desarrollo sostenible incluso para el futuro.
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Criptomonedas en el centro de atención: Nueva Zelanda prohíbe los cajeros automáticos de cripto y presenta límites en las transferencias
La prohibición de los cajeros automáticos de criptomonedas y la introducción de un límite en las transferencias internacionales de dinero representan la nueva estrategia de Nueva Zelanda para combatir el lavado de dinero y el crimen financiero. El Gobierno ha anunciado estas medidas decisivas en una reforma integral del régimen de anti-lavado de dinero (AML), con el objetivo de hacer que el sistema financiero sea más resistente a los abusos ilícitos.
Nueva Zelanda y el cambio en contra de los cajeros automáticos de criptomonedas
El corazón de las nuevas reglas gira en torno a la prohibición oficial de los cajeros automáticos de criptomonedas. Estos cajeros automáticos, utilizados para comprar o vender activos financieros como bitcoin de forma anónima, ahora están definitivamente bajo escrutinio. Según las autoridades, dichos dispositivos representaban un canal privilegiado para el lavado de dinero de fondos ilegales, ofreciendo a los criminales la oportunidad de convertir ganancias ilícitas en cripto sin controles adecuados.
La Ministra de Justicia Asociada, Nicole McKee, esbozó el miércoles las razones detrás de la nueva ley, enfatizando cómo esta respuesta también fue moldeada por la opinión de expertos de la industria. Según el Gobierno, es evidente que “los quioscos de criptomonedas atraen principalmente a una clientela que busca anonimato o que pretende convertir fondos de origen sospechoso.” En consecuencia, su presencia se considera más un riesgo que una oportunidad para el ecosistema financiero local.
Límite en transferencias internacionales: 5,000 dólares el umbral
Otra medida central del paquete es la imposición de un límite máximo de 5,000 dólares en las transferencias internacionales a través de efectivo. El principal objetivo de este límite es dificultar que las organizaciones criminales muevan grandes cantidades de efectivo al extranjero de manera encubierta. Sin embargo, se permiten transferencias mayores, siempre que se realicen a través de canales de banca electrónica, que garantizan una mayor trazabilidad.
Esta distinción permite a las actividades económicas regulares y a los individuos llevar a cabo operaciones financieras transfronterizas sin restricciones excesivas, pero siempre en cumplimiento de estrictos estándares de transparencia y control.
Expansión de los poderes de vigilancia y aplicación de la ley
La reforma también incluye una expansión significativa de los poderes de aplicación de la ley para la policía y las autoridades regulatorias. Se planea el fortalecimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera, que tendrá acceso a datos financieros más amplios y detallados relacionados con sujetos sospechosos de actividades ilícitas.
Estas nuevas prerrogativas, según McKee, están diseñadas específicamente para “apuntar a los criminales sin obstaculizar las actividades de las empresas legítimas.” En la misma perspectiva, el Gobierno ha anunciado el lanzamiento de una consulta para evaluar la posibilidad de introducir una contribución económica, o ‘gravamen’, para financiar de manera sostenible el sistema de vigilancia financiera contra el crimen.
El papel de la Unidad de Inteligencia Financiera
La Unidad de Inteligencia Financiera disfrutará de nuevas prerrogativas en la adquisición y análisis de datos relacionados con movimientos sospechosos o de alto riesgo. Gracias a esto, será posible un monitoreo más proactivo y oportuno, elementos esenciales para anticipar estrategias cada vez más sofisticadas por parte de grupos criminales y redes dedicadas al lavado de dinero.
El apoyo de expertos de la industria
La industria cripto en Nueva Zelanda ha recibido los cambios de manera constructiva. Varios líderes del sector reconocen que, aunque algunas medidas pueden reducir la libertad operativa de ciertos usuarios, se consideran cruciales para preservar la reputación del mercado y desalentar abusos. La presencia de cajeros automáticos de criptomonedas en sí misma, como se destacó en declaraciones públicas, constituía efectivamente un incentivo para el anonimato y la transferencia de fondos no rastreados.
El objetivo declarado sigue siendo no "cargar a las empresas legítimas con una burocracia innecesaria", como reiteró McKee, mientras que al mismo tiempo se endurece progresivamente la red para aquellos que intentan mover dinero de origen dudoso.
Transformando Nueva Zelanda en un modelo internacional
El Gobierno tiene como objetivo convertir a Nueva Zelanda en "uno de los países más fáciles del mundo para los negocios legítimos" y, al mismo tiempo, "uno de los más difíciles para que los criminales se oculten". Esta estrategia dual se basa en un equilibrio dinámico: recompensar la buena fe y la transparencia, pero alinearse con los estándares internacionales más estrictos en términos de cumplimiento financiero.
Además, las nuevas reglas podrían servir como un punto de referencia y buena práctica para otros mercados también. La elección de favorecer las transferencias institucionales a través de sistemas electrónicos rastreables fortalece, de hecho, el mensaje global de tolerancia cero hacia aquellos que explotan las criptomonedas para ocultar los orígenes del capital.
Desarrollos futuros: consultas e iniciativas nuevas
Las autoridades ya han planeado una serie de consultas públicas para definir en detalle el mecanismo del gravamen de financiación y recopilar sugerencias del tejido empresarial y los organismos de vigilancia. El objetivo es una regulación participativa que considere las necesidades de seguridad pero también la vitalidad económica del país.
El proyecto de ley se presentará en breve al Parlamento y representa un punto de inflexión en las relaciones entre la innovación tecnológica y la integridad del sistema financiero. Por un lado, el régimen se vuelve más estricto en el control del bitcoin y instrumentos similares, mientras que, por otro lado, la intención de mantener el contexto de Nueva Zelanda atractivo para una iniciativa privada saludable sigue siendo clara.
Un nuevo estándar para la seguridad financiera
Nueva Zelanda demuestra su deseo de estar a la vanguardia en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento ilícito al adoptar medidas concretas sobre criptomonedas y el movimiento internacional de efectivo.
Esta reforma, según los observadores y operadores involucrados, no solo marcará el marco operativo interno, sino que podría inspirar a muchas otras jurisdicciones a fortalecer sus salvaguardias. El contexto creado fomentará una mayor confianza en los instrumentos financieros innovadores, dejando menos espacio para la ilegalidad y contribuyendo a definir un modelo de desarrollo sostenible incluso para el futuro.